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domingo, 25 de marzo de 2012

Encontré al diablo


La prometida de un policia muere a manos de un asesino en serie. Cuando el policia consigue dar con él, comienza su personal venganza.

Son muchas las películas que cuentan la historia de una venganza, pero esta es diferente. La mayoria de las peliculas se centran en la busqueda del asesino por parte del protagonista hasta que le da caza y acaba con el. En cambio aqui, lo que vemos en una venganza bastante particular que a la vez es una especie de juego del ratón y el gato. El policía perseguirá sin descanso al asesino sometiendolo a una y otra vez a torturas sin darle muerte y dejandolo libre. La crueldad de la que somos testigos, te hace plantearte cual de los dos personajes está más loco y es más despiadado.

Así pues tenemos casi un intercambio de papeles, pues llegado a un punto el psicopata pasa a ser la victima y el policía el verdugo, haciendo que el asesino sufra en sus propias carnes todo un infierno que seguro que ni en la peor de sus pesadillas era capaz de imaginar. Las torturas, los golpes, todo duele en cada uno de los fotogramas de la pelicula, pues no es una cinta para nada amable con el público. Su violencia es muy gráfica y explicita, pero como esta se sustenta en una historia bien construida, está justificada.

Sus protagonistas están inmensos en sus respectivos roles. Los dos actores se dejan la piel (nunca mejor dicho) en todas y cada una de las escenas, haciendo totalmente creibles a sus personajes. Y la dirección me ha parecido de lo más acertada, rodando con nervio cada uno de los enfrentamientos de los dos personajes.

Los Fx son de lo más realistas y simplemente duelen. Cada una de las heridas que salen en pantalla harán (seguro) apartar la vista al espectador menos "entrenado".

Una cinta de lo más recomendable de un cine, el koreano, que últimamente está dando mucho que hablar, no sin razón.


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